martes, 27 de mayo de 2014

Entonces un día

Entonces un día, nos levantamos y al abrir los ojos descubrimos que tantas cosas se han ido, que hemos perdido tanto en tan poco tiempo, después de mucho cuidado y meticulosa atención a cada detalle. Los amigos, las ilusiones, algunos sueños y la calma parecen haber tomado las maletas y haber partido a lugares lejanos y la soledad se apodera de nuestros días, con el tic tac del reloj. Recordamos con remordimiento las lagrimas desagradecidas del pasado y daríamos lo que fuera por volver atrás por lo menos un momento, solo para volver a empaparnos de un poco de la alegría de lo vivido.

Entonces un día, la vida se muestra como una fotografía panorámica y sentimos el miedo correr por las venas, la angustia ante el futuro, una permanencia que nos disgusta, una necesidad inminente de abrazar el pasado, el silencio que avanza junto a la melancolía.

Entonces un día, Midwest se convierte en un lugar oscuro, pues uno ha permanecido mucho tiempo en el, y parece que no es suficiente lo que hemos aprendido caminando para lograr llegar a otro lugar; y caminamos llenos de preguntas sin conseguir una respuesta, y los días pasan y se hacen eternos e iguales.

Entonces un día, se acaban las canciones; se acaba la poesía, aunque tu aun puedas recitarla; se acaban las palabras porque ya no se cuando debo pronunciarlas y cuando no; se desgasta el amor porque nos cuesta acoplarnos; avanza la melancolía y se apodera del alma; buscamos puertas donde no hay salidas; perdemos, ganamos, caemos y volvemos a levantarnos; luchamos por ser fuertes y tener valentía; contenemos las lagrimas hasta que revienta el llanto inconsolable; reímos hasta parecer locos; nos motivamos y nos desmotivamos como montañas rusas; confiamos para después ser traicionados; intentamos caminar sin pensar demasiado; analizamos cada movimiento, cada palabra, cada gesto, cada expresión; nos sentimos solos; dormimos esperando un nuevo amanecer.

Entonces un día miro atrás, me veo ahora, me abrazo al pasado y por mas que lo intento no me encuentro. Aun así, sigo caminando con mi manojo de sueños tratando de volver a encontrar el rumbo.

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