Esas ganas inevitables de darte un beso, el amor en los
tiempos de asincronía, la desesperanza, el desacierto. Los días buenos que
preceden a los días lluviosos, donde no me hallo en este lugar. Las sonrisas
que duran poco, las lagrimas que vienen en camino. Las mil y un preguntas sin
respuestas, esos momentos en los que creo que no voy a aguantar. Unas cosas que
reemplazan otras y nuestros problemas con las prioridades. Esos días que no soy
yo. La luz de la luna cayendo mientras me siento tan sola aunque este
acompañada. Todo lo que callo porque mi voz no da mas. Tu y yo en este mundo de
madejas enredadas. Nuestro encuentro que aun no encaja en nuestras vidas que
intentan equilibrarse después de tantos caminos recorridos en algún lugar
lejano. Y yo aquí, con el corazón desinflado, intentando mantenerme en pie
aunque la tristeza me gane, con la nostalgia del tiempo pasado y la
incertidumbre de un futuro sin precedentes, que permanece en una nube oscura.
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