domingo, 1 de noviembre de 2009

Distancia

Me duele la cabeza, siento como la melancolía pesa sobre mi cuerpo y me va invadiendo de nuevo la horrible sensación de falta, de extrañar. Convivo con esto, día a día, todo el tiempo pero a veces, en el camino se hace difícil asimilarlo.

Es todo aquello que sale y que siento cuando la distancia de nuevo me muestra su maniática sonrisa y me señala cada una de las cosas que me estoy perdiendo por estar lejos.

A veces siento que estoy tan acostumbrada a esto, a las situaciones que me incluyen pero de las cuales soy tan lejana y tan cercana a la vez. Es ridículo pensar que desde que tengo un año he vivido con eso. Una vez fue mi familia, luego mis amigos, hoy son ambas a la vez; e incluso muchas veces soy yo misma. Extrañar y ser extrañado, hacer falta y que te hagan falta.

Las lágrimas llegan a mis ojos, es una sensación amarga querer estar en dos o tres lugares a la vez y ver que es realmente imposible. Solo me queda asimilarlo de nuevo, dejar de pensar en la maniática que me pone así, digerir poco a poco este asunto que ya es parte de mi vida. Confiar en que en algún momento a lo mejor encontrare la respuesta a esta gran pregunta sobre extrañar. Por ahora viviré indiferente a ella, teniéndola como mi mejor amiga, para no hacerme daño o hacer daño. Así como si no me influyera, acostumbrada a vivir así.

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