Cu-cu, suena el reloj.
A veces queremos frenar el tiempo, alargar cada segundo para que se convierta en horas; repetir lo que vivimos un día, eso que nos dejo marcados.
A veces queremos mantener a la gente que perdimos a nuestro lado, pero pretender que vuelvan a nosotros es imposible.
A veces crees que sigo ahí, te engañas a ti mismo, pues ya me fui. Ya no te creo. Las cosas no serán como antes, nunca, nunca.
A veces pienso que algo en mi se niega a decirte algo que no siente y eso está bien, a diferencia tuya yo no pienso engañar a nadie, mucho menos engañarme a mí misma.
A veces sientes que no fue tu culpa, pero tu conciencia te recuerda a cada instante los errores, el egoísmo, la locura, la indecisión, la apatía y el miedo que sentías y que todavía no se van de ti.
A veces quieres hablarme, pero siempre estas esperando que yo aparezca y lo haga primero porque quieres buscarme, pero tienes miedo de encontrarme.
A veces pretendes sonreír, cuando en verdad necesitas llorar. Por favor…sirve de algo engañarse?
A veces te refugias en acontecimientos vánales que te llevan a un mundo de fantasía efímera que como todo, tarde o temprano, se acaba.
A veces buscas compañía en gente que te quiere por pasar el rato, juegan contigo y de nuevo la vida te golpea, vuelves a enfrentarte a ser tu mismo, cuando te dejan solo.
A veces me recuerdas, crees comprenderme. Revives en tu mente los hermosos momentos que pasamos conversando, los paseos por las plazas, los sueños juntos; pero te das cuenta que ya no estoy, que no es lo mismo de antes, me has perdido.
Cu-cu suena el reloj y te preguntas cuanto tiempo paso, cuanto perdiste…
No hay comentarios:
Publicar un comentario