domingo, 7 de marzo de 2010

mis pausas

Ayer estuve pensando sobre las cosas que pasaron hace bastante tiempo. Veía de a pocos todo el suceder de imágenes que podía recordad mi a veces desgastada memoria sobre aquellos sucesos que pasamos juntos. Y veo como un viejo baúl de recuerdos se abre poco a poco para contarme de nuevo todas aquellas historias que vivimos juntos. El pasado se aviva, viene y me atrapa en una gran maraña que me pone un poco nostálgica, es un suceder de cosas. Mientras, presencio la ceremonia y pienso que en algún momento podre ser yo la que tenga que vivir esto. Reflexiono sobre lo que quiero y lo que no, y realmente ahora, después de todo lo que ha pasado y de cada cosa que he vivido es más complicado definirme. Se complica todo al saber que la vida me pide a gritos un cambio drástico al que no le tengo miedo, pero que los cambios pequeños y paulatinos retrasan esa enorme actividad y ese gran salto que mi vida clama agitadamente con enormes alaridos. Me concientizo un poco, de nuevo, sobre todo lo que he vivido, sobre lo que hoy es mi vida. Los pilares ya están puestos, las murallas han sido derribadas. He vivido un millón de cosas, con un millón de personas que han formado lo que hoy soy, cada huella que han dejado es un grano de arena en este gran arenero que es mi vida. Sin embargo, eso no significa que un gran cambio no sea necesario. Analizo lo que sucedió hace poco y sigo pensando que los cambios pequeños no están surgiendo efecto, mucho menos cuando después de que cada viaje vuelvo siendo tan diferente a la persona que se fue. Sigo confiando en la vida y ando por ahí más tranquila que nunca, sin inmutarme y ahora más que nunca dejando que pase lo que tiene que pasar. No importa lo que piensen, no importa que no sepa muy bien qué es lo que debo hacer. Este es mi momento de pausa, mío y solo mío. Nadie más podrá entender esto que me pasa, nadie más podrá opinar que debo hacer y que no. La vida me ha tomado en sus brazos y aunque todo este un poco oscuro en este camino, yo se que muy pronto, volveré a ver el asfalto por el que debo caminar.

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